Amanece, y el canto del gallo me despierta, no quiero levantarme, hoy no me apetece, me abrazo a mi almohada, y me rindo ante ella, lloro, lloro sin saber por que, solo se que lo necesito. Las horas pasan y sigo abrazado a mi almohada, me dispongo a levantarme y a plantar una sonrisa en mi cara, como si nada me pasara, como si todo estuviera bien...
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