sábado, 5 de noviembre de 2011

Una sonrisa vale más que mil palabras

El estaba hay sentado en su silla, y me miro, su sonrisa era fuerte y desprendía mucho amor, me acerque a el y le pregunte:

¿Por qué estas en esa silla? ¿qué es lo que te pasa?

Sonrió y sin quitar las sonrisa me contesto.

Estoy enfermo, y mi enfermedad me a hecho perder el poder en mis piernas.

Al decirme eso, me dije a mi mismo, que suerte tenia al poder andar, continué mi camino y en el me encontré a un hombre sentado en banco, con unas gafas de sol, le vi algo desubicado y me acerque a preguntarle:

¿Señor estas bien?¿necesitas ayuda?

El sonrió y me contesto:

Joven soy ciego y estoy esperando a que alguien me ayude para poder ir al servicio.

En ese momento pensé que suerte tenia por poder ver, cogí y le ofrecí mi brazo al señor y lo acompañe, tras ello decidí continuar mi camino, en el cual me encontré a una persona que movía mucho las manos, por lo que creí que necesitaba ayuda, me acerque a preguntar:

¿Señora que le pasa?¿necesita ayuda?

Esta cogió un papel y un bolígrafo, escribió algo y me lo entrego con una sonrisa, al leerlo ponía soy muda no puedo hablar, al ver esto pensé la suerte que tengo al poder hablar.

Termino mi paseo y decidí ir a mi casa a dormir, una vez en la cama pensé en lo que vi hoy, y me dije a mi mismo que a partir de ahora iba a valorar todo lo que tengo pero sobretodo la sonrisa, ya que era lo único que estas personas no perdieron.

Consejo: Ayuda a quien lo necesite, pero siempre con una sonrisa en la cara, y sabras valorar la suerte que tienes por poder andar, ver o hablar.

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